Covid-19, el 19 de marzo de 2020: una síntesis y unas hipótesis derivadas de ella, para responder a las siguientes preguntas:
¿Qué tan importante es la reacción pronta? ¿Cuál es el peso del diagnóstico intensivo? ¿Inacción, distanciamiento modulado o aislamiento?
Resumen
En un cuadro, registro el incremento porcentual de casos de covid-19 el día de hoy, para China y el resto del mundo; y también para Corea, Italia, Estados Unidos y México. Aunado a ese índice, en cada caso, presento los que producen dos indicadores de mortalidad y un indicador que he denominado “control”, para capturar la lejanía o la cercanía del momento (ideal) en que la epidemia se habría acabado. Juzgo que, si las tendencias observadas se conservan, Corea acabará siendo el país más exitoso. Ello subraya la importancia que tiene el diagnóstico intensivo en el combate de la enfermedad.
Introducción
En dos o tres ocasiones anteriores, he hecho unos ejercicios de recopilación y análisis de datos sobre la dinámica de la pandemia de covid-19. Mi primer propósito ha sido entender las ideas más básicas que emplea la Organización Mundial de la Salud al respecto y algunos de los conceptos que utilizan los expertos en la materia. He buscado también elegir pocos indicadores que me puedan reflejar sintéticamente el estado y los impulsos de la pandemia.
Gracias a las respuestas que algunos conocedores me ofrecieron a ciertas preguntas que hice en un grupo de comunicación digital, de la red ProCienciaMx, y sobre todo, a comentarios que han hecho entre ellos sobre sus análisis de la pandemia, creo que he llegado a una comprensión satisfactoria (para un lego) de lo que ocurre. También me ayudó la retroalimentación que me proporcionaron algunos de ellos acerca de los ejercicios previos. Para poner(me) dicha creencia a prueba, realicé este nuevo ejercicio.
Intento aquí explicarme algunas de las tesis que circulan sobre las dinámicas de la enfermedad. He buscado palabras que quizá me puedan ser útiles para hablar con otras personas de lo que observamos (de lejos), la mayoría provenientes del lenguaje cotidiano o del vocabulario común a distintas disciplinas académicas.
En primer lugar, he registrado el número total de casos que han sido confirmados, en ciertos países y en todo el globo, así como el total de decesos que ha habido, también por país y en conjunto. El cambio en estas cifras es lo que busca comunicar a la opinión pública la Organización Mundial de la Salud, OMS, generalmente por medio de gráficas, para apoyar las recomendaciones y las exigencias que ha ido haciendo conforme la enfermedad se ha ido extendiendo. Eso es también lo que buscan describir matemáticamente los expertos, por medio de modelos que permitan luego inferir las dinámicas previas a los registros y proyectar los posibles desarrollos de la pandemia.
En consecuencia, mi segunda decisión ha sido fijarme en la tasa de crecimiento porcentual diario de los casos, en el mundo y en diferentes países. Ésta es, finalmente, la variable básica a modelar; y después será la variable a explicar, probablemente por una conjunción de argumentos de diversas disciplinas.
Mi tercera decisión ha sido concentrarme en dos indicadores de mortalidad: el cociente de fallecimientos entre el total de casos registrados y el cociente de fallecimientos entre el número de personas que estuvieron enfermas y ya no lo están (la suma de quienes se aliviaron más quienes fallecieron). Esto responde a uno de los desconciertos que tuve cuando empecé a leer lo que se decía de la enfermedad. En ocasiones, se hablaba de la mortalidad como una propiedad intrínseca y constante del virus que causa la enfermedad, el Sars-CoV-2, que pertenece a la familia coronavirus. Pero en otras, se hacía referencia a la mortalidad como un resultado que dependía, no sólo de las propiedades del virus, sino también de los comportamientos de contacto entre la población a la que infecta, y que es por lo tanto, variable en el tiempo y con las formas de coordinación social.
Mi razonamiento ha sido que tener los dos cocientes enfatiza la segunda perspectiva. Además nos puede dar un atisbo de cuándo cambia para bien la dinámica de la pandemia: cuando se empiezan a acercar. En el caso ideal de que se acabara completamente la enfermedad, y quedara erradicada, ambos cocientes serían iguales.
Por una línea de pensamiento afín a esa, he configurado otro indicador, que no se usa, o no he visto usar, y que es muy simple: el cociente de la ya mencionada suma de aliviados y fallecidos, que la OMS designa “casos cerrados”, entre el total de casos confirmados. Si la enfermedad se acabara definitivamente, el numerador y el denominador de este cociente serían iguales y, por lo tanto, su resultado sería 1. Si hay muchos casos registrados y pocos casos cerrados, el resultado es casi 0. Entonces, ese cociente refleja qué tanto va cediendo la enfermedad, o qué tanto se le está controlando.
En el marco de referencia que conforman los indicadores mencionados, he formado el cuadro 1 con datos y cálculos sobre China, Corea, Italia, Estados Unidos y México; y a partir de lo registrado allí, hago una serie de observaciones.
Pienso que, a partir de las observaciones, puedo empezar a formular algunas hipótesis sobre el peso relativo de tres factores en el éxito del combate a la pandemia: la pronta reacción de los gobiernos, el diagnóstico intenso de posibles enfermos y el distanciamiento social. La importancia de ellos se ha discutido en revistas científicas, como Nature (https://www.nature.com/articles/d41586-020-00741-x ), y en medios de comunicación globales, como The Guardian (https://www.theguardian.com/commentisfree/2020/mar/20/coronavirus-italy-lessons-countries-crisis-information).
Cuadro 1. Covid-19 el 19 de marzo de 2020*
Total | Incremento | Control | Fallecimientos | ||
Casos confirmados | % con respecto al día anterior | Casos cerrados
/total |
% del total | % de casos cerrados | |
China | 80928 | 0.04 | 0.91 | 4.01 | 4.41 |
Mundo s/Ch1 | 149724 | 8.58 | 0.15 | 4.1 | 27.95 |
Corea2 | 8565 | 1.81 | 0.24 | 1.06 | 4.47 |
Italia | 35713 | 13.35 | 0.2 | 8.34 | 42.52 |
EUA3 | 10816 | 16.82 | 0.02 | 1.49 | 59.85 |
México | 118 | 26.88 | 0.04 | 0.85 | 20 |
1 Todo el mundo excepto China
2 Corea del Sur
3 Estados Unidos de América
* Cálculos elaborados con base en datos en datos de Worldometer,
tomados el 19 de marzo, a las 16:30, hora de Greenwich.
Observaciones
- En la segunda columna del cuadro 1, se muestra que hoy el incremento porcentual de casos de covid-19 en China es muy bajo comparado con el resto del mundo (primeros dos renglones).
- En esa misma columna, se pude ver que el aumento es muy bajo en Corea del Sur comparado con el incremento mundial, aunque considerablemente más alto que el chino.
- Se puede apreciar también que, con respecto al mundial, los crecimientos en Italia y Estados Unidos son muy altos.
- El incremento en México es altísimo.
- La tercera columna corresponde a un indicador que refleja qué tanto va cediendo la enfermedad: el cociente de casos cerrados, es decir, quienes estuvieron enfermos y ya no lo están (aliviados más fallecidos), entre el total de quienes fueron confirmados. Me atrevo a llamar provisionalmente “control” a este indicador, porque es consecuencia en parte de los esfuerzos que están haciendo los países.
- El índice correspondiente para China significa que el número de casos cerrados se acerca al número de casos confirmados. Si llega a 1, querrá decir que ya no hay confirmados que permanezcan enfermos.
- El resto del mundo está muy lejos de la dinámica china. Los casos nuevos son muchos más que los casos que se van cerrando. 7.1. Esto se debe en parte a que la enfermedad se extendió primero en una provincia china y después en el resto del mundo; pero se han señalado, como factores clave del éxito que está teniendo China, los siguientes: reaccionó pronto, puso atención en el diagnóstico y tomó medidas de distanciamiento severas, a saber, de aislamiento.
- Dos países que tienen índices superiores al global son Corea y, sorprendentemente, Italia. Quizá en estos países la enfermedad empiece a ceder un poco en las próximas semanas. 8.1. Corea parece haber reaccionado más pronto que China, se concentró en el diagnóstico desde el principio y lo ha realizado con mayor intensidad que China. Parecería también que en Corea el distanciamiento, si bien fuerte, ha sido considerablemente menos severo que en China. En Italia, la reacción fue tardía, el diagnóstico ha sido muy deficitario y, después de una fase dudosa, se ha intentado que el distanciamiento sea tan severo como el de China, o aún más.
- Estados Unidos y México tienen índices de control muy inferiores al global. 9.1. En ambos países de América del Norte, la reacción ha sido tardía, el diagnóstico ha sido deficiente y no se ha definido bien el aislamiento.
- Las últimas dos columnas del cuadro corresponden a dos indicadores de mortalidad: el porcentaje de fallecimientos con respecto al total de casos registrados y el porcentaje de fallecimientos con respecto al número de casos cerrados. Por el razonamiento implícito en las observaciones de los puntos 5 y 6 anteriores, la mortalidad de la enfermedad cuando termine la epidemia se encontrará entre ellos, lo que se puede apreciar en el caso de China, donde se están acercando: uno es 4.01 y el otro es 4.41.
- Por lo anterior, es de temerse que, al final, la mortalidad global será mayor que la china.
- Es muy probable que la de Italia termine siendo notoriamente superior a la global.
- En cambio, cabe esperar que la mortalidad en Corea acabe siendo inferior, no sólo a la global, sino también a la china.
Hipótesis
La hipótesis plausible es que, al final, Corea va a ser el país más exitoso: su índice de control va a acabar siendo el más cercano a 1 y sus índices de mortalidad van a ser los más bajos.
La hipótesis arriesgada es que, para lograr lo que está logrando China y lo que cabe esperar logrará Corea, una condición necesaria es la reacción temprana y, si ésta se ha dado, mientras más intensivo sea el diagnóstico, más probable será lograr un control alto y una mortalidad baja. Definitivamente, el distanciamiento es necesario también, aunque no queda claro que deba ser tan severo como el aislamiento chino. Pero, si es tardío o no va acompañado de diagnóstico intensivo, la mortalidad será inevitablemente alta y hay riesgo de que el control avance muy lentamente.
Testimonio
Una ex alumna de un investigador mexicano que está con su familia en Corea del Sur le escribió a él, y lo que dice es un testimonio que apoya y esclarece mi análisis. Ella no está muy preocupada por lo que pasa allá; ve que “Corea realmente es un país que lo tiene bajo control.” Agrega que pueden acudir al “drive-through” de pruebas diagnósticas, y que hay alertas en el teléfono celular sobre los pacientes infectados detectados. Éstas indican en qué área de la ciudad se encuentran. Asimismo, les llegan mapas con los cubre bocas disponibles en farmacias, y hay termómetros en cada edificio. Gracias a todo eso “no vivimos encerrados.”
Con ese telón de fondo, ella se pregunta si el sistema de salud y el gobierno están preparados para una pandemia. Termina expresando su deseo de que aquí todos “respeten” el aislamiento, para que la enfermedad no se propague mucho.
Corolario
Creo que una síntesis aún más apretada de lo que estoy viendo coincidiría con la exhortación del presidente de la organización mundial de la salud : Test, test, test!, “¡Hagan pruebas diagnósticas, háganlas, háganlas¡” (https://www.bbc.com/news/av/world-51916707/who-head-our-key-message-is-test-test-test).