La baja en la aprobación presidencial: unas hipótesis explicativasFernando Castaños

La “Encuesta de encuestas,” de Javier Márquez para Oraculus, se elabora con base en los resultados de las principales encuestas públicas acerca de la evaluación del desempeño presidencial. De acuerdo con ella, en febrero de 2019, 81% de la ciudadanía aprobaba la manera en que Andrés Manuel López Obrador, AMLO, ejercía el cargo de primer mandatario. Según la misma agregación de mediciones de opinión, en febrero de 2022  la aprobación presidencial había disminuido a 58%, como se registra en el cuadro 1, que consigna también resultados de dos de las encuestas agregadas por Márquez: la que conduce Alejandro Moreno para El Financiero  y la que realiza Roy Campos para Consulta Mitofsky y El Economista.

Cuadro 1. Porcentaje de personas que aprueban el desempeño de López Obrador

Mes El Financiero El Economista Oraculus
Febrero de 2019 83 67 81
Mayo de 2019 67 61 71
Noviembre de 2019 68 59 69
Marzo de 2020 60 52 59
Marzo de 2021 61 57 63
Diciembre de 2021 67 65 66
Enero de 2022 60 63 64
Febrero de 2022 54 59 58
Diferencia trianual -29 -8 -23
Diferencia mensual promedio -0.8 -0.2 -0.6

 
 

De acuerdo con la agregación de Márquez, la aprobación presidencial se redujo en 23 puntos porcentuales en 36 meses, en promedio un poco menos de dos puntos cada 3 meses. Esta diferencia es el resultado de una serie de oscilaciones a lo largo de los tres años; por ejemplo, entre el mencionado febrero de 2019 y mayo del mismo año, la aprobación bajó 10 puntos y al siguiente mes subió dos puntos. En el último trimestre del año pasado, hubo una baja de un punto y luego un alza de dos puntos, para quedar en 66%, en diciembre.
El descenso en los últimos dos meses, entre las mediciones de diciembre y febrero referidas en el párrafo anterior, de 8 puntos porcentuales, no sólo es muy superior al promedio bimestral de la primera mitad del sexenio de López Obrador, que sería de 1.3 puntos; es el mayor de cualquier par de meses en este periodo. ¿Qué acontecimientos y qué dinámicas de la opinión lo explicarían?

Con el propósito de plantear unas hipótesis de respuesta a esa pregunta, lo más pertinente sería empezar por dividir a la ciudadanía en tres grandes grupos de personas: muy informadas, relativamente informadas y poco informadas acerca de la vida política del país. Esta clasificación puede sustentarse en resultados de encuestas electorales (de salida), pre-electorales, post-electorales y de cultura política. La preferencias electorales se distribuyen de manera diferente en cada grupo. En la elección presidencial de 2018, el porcentaje de quienes votaron por AMLO dentro del primer grupo fue  superior al porcentaje en el segundo, y éste fue mayor que en el tercero.

Es muy plausible plantear que la medida agregada de Oraculus también varía con el grado de información política. Tanto ella, la aprobación presidencial, como las preferencias electorales y la clasificación en función del nivel de información, correlacionan con un mismo conjunto de variables sociodemográficas, aunque no en los mismos grados, principalmente: escolaridad, edad, sexo, ingresos y zona habitacional.

Con base en encuestas sobre otros temas, como hábitos culturales y atención a medios, y tomando en cuenta estudios cualitativos (de grupos de enfoque y de observación etnográfica) podríamos afirmar con confianza considerable que el grupo de quienes están muy informados sobre la política está conformado principalmente por académicos y estudiantes de universidades, editorialistas de los medios y actores políticos, económicos y sociales prominentes. Posiblemente se encuentran también en ese primer grupo algunos activistas sociales y políticos. El segundo grupo, el de quienes se encuentran relativamente informadas/os, estaría integrado principalmente por personas pertenecientes a las clases media con estudios de bachillerato o más y que ven noticieros o leen periódicos dos o tres veces por semana. El tercer grupo comprendería a todas y todos los demás ciudadanos.

Los datos de la elección intermedia de 2021 en la Ciudad de México, conjugados con los de algunas encuestas pre y post-electorales, indican que AMLO y, en mayor medida, su partido (Morena) perdieron apoyo desde 2019 entre los tres grupos de información; pero éste cambio no fue homogéneo. En el primer grupo la baja fue mayor que en el segundo y en éste mayor que en el tercero. Ello explica que sus candidatos hayan perdido la mitad de las alcaldías de la ciudad; en éstas, hubo más votos de los dos primeros grupos que del tercero.
Muy probablemente el factor principal de esas derrotas fue una perdida de confianza en el gobierno de la CdMx, derivada del derrumbe de un tramo de la línea 12 del metro. Pero es importante notar que este desplome afectó de manera más directa a los habitantes de las alcaldías que retuvo Morena, lo que subraya que lo que contó más fue lo que pensó cada grupo acerca de las fallas. Lo más probable es que, en las alcaldías de los candidatos de Morena derrotados, las opiniones críticas de los más informados se hayan difundido entre los relativamente informados e, inclusive, entre algunos poco informados.

Aquí, viene al caso introducir otra subdivisión en cada uno de los tres grupos, por identidad partidista. Quienes se identifican fuertemente con Morena tienden a aprobar el desempeño presidencial y a rechazar los cuestionamientos a AMLO. Es muy reveladora la respuesta a una pregunta de la encuesta de Moreno relacionada con la ocupación por un hijo del presidente de una casa de lujo en Houston, la “casa gris,” cuya difusión ha generado un escándalo mayor. Un 21% de quienes se consideran “morenistas” piensa que, en este caso, “hay un posible conflicto de interés que requiere investigarse;” y 67% considera que “es sólo un ataque al presidente de parte de sus adversarios.”

Si se toma en cuenta la identidad partidista, surgen dos hipótesis, no necesariamente excluyentes:

(H1) En el trienio, y de manera notable en los últimos dos meses, el número de morenistas ha disminuido.
(H2) En el trienio, y sobre todo en los últimos dos meses, las opiniones de las personas muy informadas que no se identifican con Morena se han ido difundiendo entre los otros dos grupos.

H2 es particularmente relevante en el contexto de diversos análisis recientes, que atribuyen la baja en la aprobación presidencial al escándalo de la casa gris y a uno subsecuente, derivado de ataques de AMLO a periodistas, en sus conferencias de prensa matutinas. Dicha hipótesis implicaría que se están restableciendo dinámicas de difusión de las opiniones  a las que la teoría concede gran importancia y que habían experimentado mermas o se habían interrumpido en 2021.

Lo que ocurre por lo general es que el flujo de opiniones es mayor del primer al segundo grupo y de éste al tercero que en sentido inverso. Esta tendencia parece haberse atenuado en la primera mitad del sexenio o, inclusive, interrumpido en algunos momentos, quizá por un efecto combinado de las políticas de comunicación del presidente y los contenidos de su discurso. La velocidad con la que la palabra de López Obrador llega a cualquier sector supera los ritmos que pudieran tomar las cadenas conversacionales entre personas de los tres grupos definidos por niveles de información política. Aunado a ello, y tal vez de mayor efecto, las opiniones que surgen en el grupo más informado probablemente han sido recibidas con desconfianza en los otros dos, pues AMLO se ha dedicado a descalificar y a acusar a quienes disienten de sus puntos de vista.

Someter H2 a prueba debidamente requeriría una investigación extensa; pero podríamos decir ahora que nos permite dar cuenta de unos puntos llamativos en la evaluación del presidente. En 2019, el mes más bajo, tanto en la encuesta de Campos, como en la agregación de Márquez, fue noviembre, cuando se hablaba mucho de la liberación por orden de AMLO de uno de los hijos del narcotraficante Joaquín Guzmán, alias “El Chapo,” capturado por las fuerzas armadas en un operativo calificado de fallido por una mayoría de comentaristas; y hasta antes de este febrero, el mes más bajo de todo el trienio había sido marzo de 2020, muy probablemente como consecuencia de una percepción negativa acerca de la respuesta gubernamental a la pandemia de Covid-19.

Hay muchos indicios de que, para el grupo de las personas muy informadas no morenistas, las evaluaciones de aquel operativo militar y de la respuesta a la pandemia siguen siendo negativas. Es muy probable también que estas dos evaluaciones sigan pesando mucho para ese subgrupo. Sin embargo, entre toda la ciudadanía, la aprobación a AMLO tuvo repuntes considerables después de noviembre de 2019 y marzo de 2020. Esto significaría que la difusión de opiniones desde el grupo muy informado a los otros tuvo que haber sido interferida o contrarrestada.

Abundarían en el mismo sentido dos observaciones. La primera es que, después de esos meses críticos y, sobre todo, después de las derrotas electorales de 2021 en la CdMx, AMLO ha incrementado las caracterizaciones negativas de intelectuales de muy diversas orientaciones que formulan críticas a su estilo de gobernar. Presumiblemente, esos intelectuales generan reflexiones trascendentes en el grupo muy informado y para AMLO sería conveniente que perdieran credibilidad. La segunda observación es que, después de dichas derrotas, López Obrador también ha cuestionado fuertemente a las clases medias, por aspirar a incrementar su formación.

El punto fuerte de H2 es que se basa en una teoría simple: las dinámicas de difusión de opiniones que explicarían los números de enero y febrero son como las que contribuyeron significativamente, primero, a llevar a López Obrador a la presidencia y, luego, a las derrotas de Morena en la CdMx. Lo que ha diferido en dos de estos tres casos es la orientación valorativa de las opiniones difundidas principalmente desde el grupo más informado.

Con ese telón de fondo, y a la luz de los datos que contiene el cuadro 1, lo que nos dice H2 es que tales dinámicas han sido más tenues de lo común la mayor parte del sexenio; pero se restablecieron a raíz de los escándalos de enero y febrero. Entonces, a partir de esa hipótesis, la pregunta para pensar escenarios de opinión en la segunda mitad del sexenio es si la influencia del grupo muy informado en la evaluación presidencial continuará en los niveles altos de estos dos meses de 2022 o si regresará a los niveles bajos de la mayor parte del primer trienio.

Tomando H1 y H2 conjuntamente, y dado que ya estamos en la segunda mitad del sexenio, dos variantes de la pregunta deberían ser: ¿Cúales serán las opiniones del grupo más informado durante los procesos de revocación de mandato, el mes próximo, y de sucesión presidencial, en 2024? ¿Cómo serán recibidas esas opiniones en los otros dos grupos (y sus subgrupos)?

Fernando Castaños

Maestro por la Universidad de Edimburgo y doctor por la Universidad de Londres, Fernando Francisco Castaños Zuno es investigador titular del Instituto de Investigaciones Sociales, IIS, de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, y miembro del Sistema Nacional de Investigadores, SNI. Analista y teórico del discurso, se ha preocupado durante 35 años por comprender cómo el uso del lenguaje mueve y compromete a los seres humanos. Él ha estudiado las microdinámicas de los rasgos de significado que se desencadenan cuando Shakespeare emplea un pronombre en el lugar de otro y las macrodinámicas de los agregados de significados que surgen cuando la deliberación llega a ser parte de los procesos de decisión de una sociedad. Uno de los fundadores del seminario Perspectiva Democrática, del IIS, Fernando Castaños ha realizado por más de 15 años investigaciones sobre los fundamentos de la democracia y sobre los procesos de la democratización. Actualmente participa, con integrantes e invitados de dicho seminario, en proyectos acerca de la representación. Fernando Castaños ha sido invitado a dictar conferencias, impartir cursos y conducir investigaciones en varias universidades del continente americano, Europa y Asia. Durante el año académico 2007-2008, fue titular de la cátedra de estudios sobre México contemporáneo de la Universidad de Montreal.

1 comentario

  1. Héctor Tejera   •  

    Los datos electorales por sección en la CDMX muestran otro panorama de las causas por las que Morena retrocedió en la CDMX, y si la caída de la linea 12 hubiera sido un tema, éste se hubiera mostrado en Tlahuac, lo cual no fue así. Se requiere mayor reflexión basada en datos

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